Introducción
Desde el origen del mundo, el hombre ha tratado de encontrar sistemas de comunicación para dialogar a distancia: señales de humo, reflejos, sintonías, banderas, luces, silbidos... De manera similar, las plataformas de mensajería instantánea diseñadas para ser utilizadas en teléfonos inteligentes y ordenadores pueden cumplir esta función hoy en día. No obstante, los condicionantes técnicos o las dificultades para escribir en un teclado de reducidas dimensiones pueden restar fluidez a este tipo de interacción o, incluso, llegar a ocasionar malentendidos. Por eso resulta importante conocer las normas de netiqueta que rigen a la hora de intercambiar mensajes en tal tipo de plataformas.
En este documento, que complementa al vídeo A2C25B2V02 sobre “Netiqueta en aplicaciones de mensajería instantánea”, se proporciona una serie de consejos para dar a conocer qué tipos de comportamientos resultan o no adecuados a la hora de interactuar en las aplicaciones de mensajería instantánea.
VÍDEO
Videotutorial en el que se muestran diferentes escenarios con diversas aplicaciones de mensajería instantánea para ilustrar el buen y el mal comportamiento en la red.
El medio es el mensaje
El enunciado que da título a este epígrafe fue acuñado por Marshall McLuhan en su libro Understanding Media: The Extensions of Man (Comprender los medios de comunicación: Las extensiones del ser humano), publicado en 1964. Con él, McLuhan pretendía poner el foco en el hecho de que el medio a través del cual se transmite un mensaje no constituye algo neutral, sino que influye en la percepción de su contenido.
Por ejemplo, la luz eléctrica es un medio sin mensaje, ya que no posee contenido, a diferencia de lo que sucede con un periódico, en el que se publican noticias, entrevistas o artículos de opinión; y con la televisión, en la que se muestran distintos programas. No obstante, una bombilla ofrece la posibilidad de iluminar espacios durante la noche para sustraerlos del influjo de la oscuridad. Por esta razón, McLuhan sostiene que la luz eléctrica es un medio que posee un efecto social.
Este filósofo canadiense era muy aficionado a hacer juegos de palabras equiparando los términos message (‘mensaje’), mass age (‘edad masiva’), mess age (‘edad del desastre’) y massage (‘masaje’). De hecho, a su juicio, un medio de comunicación es capaz de “frotar” y “masajear” a las personas de manera similar a la de los quiroprácticos, incidiendo en la manera de la que estas pueden llegar a interpretar los contenidos transmitidos.
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La primera plataforma de mensajería instantánea data de la década de 1970, cuando comenzó a utilizarse el sistema PLATO. En la década de 1980 y 1990 el sistema implementado en UNIX/LINUX alcanzó una gran difusión entre los ingenieros informáticos. Pero el sistema ICQ, surgido en 1996, fue el germen de un mayor número de aplicaciones como las que existen en la actualidad.
En función de una serie de parámetros, el usuario optará por una aplicación de mensajería instantánea u otra, atendiendo a sus intereses.
Igualmente, en la comunicación mediada por ordenador, podría afirmarse que la forma del mensaje y el tipo de aplicación a través de la que este se transmite poseen un impacto considerable sobre lo enviado. Así, antes de escoger la aplicación de mensajería instantánea más adecuada para difundir un mensaje, el internauta debería hacerse las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es el número de usuarios con el que cuenta una determinada aplicación? Cuanto mayor sea el número de usuarios, mayor será la posibilidad de que un mensaje alcance a su audiencia potencial; y mayor será también la posibilidad de que el internauta localice a sus contactos entre la globalidad de internautas con acceso a dicha aplicación.
- ¿Cuál es la capacidad máxima de los chats de grupos? Esta cuestión puede ser relevante para aquellos usuarios que tengan la necesidad de dirigir sus mensajes a un grupo elevado de contactos. Existe una gran diferencia entre unas aplicaciones y otras en la capacidad máxima de los grupos de chat que estas pueden albergar.
Antes de decantarse por una determinada aplicación de mensajería instantánea, conviene conocer cuáles son sus condiciones de privacidad.
- ¿Cuáles son las condiciones de privacidad de una determinada aplicación? Algunas cifran todos los mensajes. En cambio, otras únicamente cifran solamente los enviados a través de chats secretos. Las hay también que permiten proteger el chat con una contraseña. En algunas de ellas es necesario aportar el propio número de teléfono, con lo cual el usuario potencial debe reflexionar antes de darse de alta en esta aplicación acerca de si desea que tal información de carácter personal se vea expuesta.
- ¿Puede realizarse una copia de seguridad? Ciertas aplicaciones ofrecen más facilidades que otras para llevar a cabo copias de seguridad o restaurar los mensajes importantes, por ejemplo, al cambiar de móvil.
No todas las aplicaciones cuentan con un soporte multidispositivo.
- ¿Qué tipo de archivos se desean enviar? Algunas aplicaciones solo permiten enviar texto y emoticonos, mientras que otras ofrecen también la posibilidad de difundir vídeos, adjuntar archivos o compartir la propia ubicación en tiempo real. Hay usuarios que se han acostumbrado a publicar historias (stories), pues prefieren el formato efímero de este tipo de mensajes. Sin embargo, no todas las aplicaciones incluyen historias.
- ¿Puede contactarse con otros usuarios de la aplicación mediante llamadas y videollamadas? Algunas aplicaciones permiten realizar llamadas, pero no todas tienen capacidad para soportar videollamadas (ya sean de carácter individual o grupal).
- ¿Se permite el soporte multidispositivo? Solo determinadas aplicaciones permiten, por ejemplo, comenzar una conversación a través de la aplicación en el móvil y continuarla en el ordenador.
En función de estos parámetros, el usuario optará por una aplicación de mensajería instantánea u otra, atendiendo a sus intereses. Y esto condicionará, lógicamente, la forma de sus mensajes. WhatsApp, Instagram, Telegram, Facebook Messenger, Snapchat, Discord, Signal o Line son las aplicaciones más conocidas.
Nota
Según el informe Estudio de redes sociales 2022 (el correspondiente a 2023 aún no ha sido publicado) realizado por la prestigiosa consultora IABSpain, Whatsapp es la plataforma de mensajería más utilizada en España (con un porcentaje de uso diario del 94 %). Le sigue Instagram (68 %). Inferior es el porcentaje de uso diario de Snapchat (32 %), Discord (30 %), Waze (19 %) y Telegram (5 %).
¿Público o privado?
Antes de publicar un mensaje en una plataforma de mensajería instantánea, conviene plantearse si este se dirigirá a un usuario único o múltiple. Además, es necesario reflexionar sobre si dicho mensaje tendrá un carácter público o privado, pues ello puede llegar a condicionar la redacción del texto o los contenidos adjuntados. Independientemente de ello, se debe respetar en todo momento la privacidad de terceras personas.
El uso generalizado de las redes sociales y de las plataformas de mensajería instantánea ha modificado las dinámicas de interacción en internet. Antes de su proliferación, la mayor parte de los mensajes era de carácter privado. Por ejemplo, los correos electrónicos o los mensajes intercambiados entre dos móviles. Sin embargo, cada vez se difunden más textos con el fin de que estos lleguen a un elevado número de destinatarios.
Antes de redactar un mensaje, es preciso conocer y valorar a su destinatario y el contexto en el que este va a ser transmitido.
Es cierto que el teclado de los móviles dificulta la rápida redacción de un mensaje y la escritura de acentos y signos de puntuación. La proliferación de abreviaturas, la omisión de los signos de exclamación o interrogación al comienzo de un enunciado, la elisión de acentos, la escritura de palabras haciendo uso de la mayúscula para todas las letras con el fin de mostrar una aserción intensificada, o el uso de minúscula tras un punto podrían ser disculpados en una interacción coloquial en un grupo de amigos.
Sin embargo, estas prácticas no son aconsejables en la redacción de un mensaje que va a ser difundido en el ámbito laboral o con carácter público. Resultan muy conocidos algunos casos de protestas populares contra personajes famosos que han sido sometidos a escarnio público por cometer faltas de ortografía.
Al igual que sucede en cualquier tipo de comunicación, en la mediada por ordenador hay que respetar también las normas de cortesía y evitar los daños a la imagen de los demás. Por ejemplo, antes de escribir un mensaje es bueno reflexionar sobre si se pueden utilizar las formas de segunda persona del singular (tú o vos) o resulta más conveniente emplear la tercera persona (usted).
También aquí suelen utilizarse muestras de lo que se conoce como cortesía ritual. Es decir, saludos, agradecimientos, cumplidos, felicitaciones, etc. Además, salvo que el contexto lo justifique, se deben evitar las órdenes. Por ejemplo, planteándolas a modo de peticiones o preguntas.
El insulto y las descalificaciones tampoco son una buena opción en las interacciones a través de mensajería instantánea. Tales prácticas no solo suponen una agresión verbal hacia el destinatario o el referente de un mensaje, sino que deterioran la imagen del enunciador. Ni siquiera el anonimato justifica la descortesía.
En definitiva, antes de redactar un mensaje, es preciso conocer y valorar a su destinatario y el contexto en el que este va a ser transmitido. Por ejemplo, la comunicación con un cliente difiere de la interacción con un familiar o con un desconocido.
¿Qué español utilizar?
Si el mensaje se dirige a hispanohablantes de distintos países, lo aconsejable es utilizar un español neutro. Los términos español neutro, español internacional, global, general o estándar son denominaciones equivalentes utilizadas para hacer referencia a una modalidad del castellano que no es propia de ningún país en particular y que puede entenderse sin dificultad por parte de todos los hispanohablantes.
Si el mensaje se dirige a hispanohablantes de distintos países, lo aconsejable es utilizar un español neutro.
El español neutro es ajeno a los localismos y a los rasgos dialectales de una determinada zona geográfica. Por lo tanto, el riesgo de que se produzcan fallos en la transmisión y en la recepción de un mensaje intercambiado a través de una plataforma de mensajería instantánea es menor si se hace uso de esta modalidad lingüística.
Nota
El sintagma español neutro se utiliza con mayor profusión en el continente americano, donde resulta frecuente que la competencia en esta modalidad “neutra” sea un requisito obligatorio para los profesionales de la comunicación y de la telemercadotecnia. En estos casos los rasgos lingüísticos nacionales o locales son considerados interferencias indeseadas en la promoción de productos y personajes del ámbito mediático.
Lo bueno, si breve…
En su Oráculo manual y arte de prudencia (1647), el escritor aragonés Baltasar Gracián alumbró el siguiente aforismo: “La brevedad es lisonjera y más negociante. Gana por lo cortés lo que pierde por lo corto. Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y aun lo malo, si poco, no tan malo”. Esta obra contiene trescientos aforismos comentados, los cuales constituyen un conjunto de normas de comportamiento para desenvolverse en sociedad. Aunque la sociedad barroca para la que escribió Gracián difiere considerablemente de la actual, el hecho de que la brevedad se considere una muestra de cortesía puede ser extrapolable a la netiqueta.
Precisamente una de las características principales de la mensajería instantánea es la inmediatez comunicativa. Para ello se emulan mediante el código escrito el estilo sintético y la coloquialidad del lenguaje hablado. La síntesis se logra mediante abreviaturas, acortamientos y el uso de emoticonos o stickers multimedia que remiten a una supuesta gestualidad ausente del código gráfico, pero fácilmente evocada.
A diferencia de lo que sucede, por ejemplo, con el correo electrónico, la mensajería instantánea ha sido concebida como un medio de comunicación en el que se escribe con premura y en el que se espera que el destinatario de un mensaje responda de inmediato. De ahí que la claridad resulte fundamental y que no se recomiende el uso de párrafos de larga extensión. Lo habitual son los mensajes de muy pocas líneas.
Resultan preferibles las frases cortas y de estructura simple (SUJETO+VERBO+OBJETO), prescindiendo de oraciones subordinadas; el uso de verbos en voz activa (se aconseja evitar la voz pasiva) y la distribución de la información más relevante al principio de la oración.
Deben evitarse los pleonasmos, es decir, las palabras redundantes o carentes de significado. Tampoco es conveniente el archiverbalismo o alargamiento innecesario de las oraciones mediante el uso de estructuras como “de cara al partido se producirán precipitaciones en forma de nieve”, en lugar de “durante el partido nevará”. Además, es mejor evitar el archisilabismo, o sea, la inclusión de palabras innecesariamente largas, como “la finalización”, en vez de “el final”, o “la obligatoriedad” en lugar de “la obligación”. El empleo de este tipo de recursos lastra la inmediatez de la comunicación instantánea y puede llegar a suscitar cansancio y aburrimiento en el lector.
Tardar mucho en responder a un mensaje puede considerarse una muestra de descortesía.
Hay que tener en cuenta que una buena parte de estos mensajes son recibidos o bien en el transcurso del horario laboral, o bien mientras el usuario se encuentra realizando otras tareas de su vida privada. Por eso es preferible no acosarlo con mensajes irrelevantes que le ocasionen distracciones innecesarias.
Por otra parte, no contestar o tardar mucho en responder puede considerarse una falta de cortesía. En caso de que no sea posible proporcionar una contestación inmediata, lo mejor es responder anunciando que se ha recibido el mensaje, pero que se necesita un poco más de tiempo para pensar la propuesta. Además, ante una situación difícil o en la que el destinatario de un mensaje se haya sentido ofendido, es aconsejable no responder “en caliente”, sino tras meditar con calma la réplica.
¿Está el español en peligro?
El historiador británico Tony Judt afirmaba en 2010 que la proliferación de las prácticas de escritura en internet suponía una amenaza para cualquier idioma. A su juicio, la palabra se encontraba en peligro debido al influjo de la pobre e insegura simplicidad de una neo-lengua. Este concepto fue acuñado por el escritor George Orwell en su novela 1984, para referirse a una versión simplificada del inglés que en su obra era utilizada como instrumento totalitario del Partido en el poder. Sin embargo, Judt prefería calificar peyorativamente a la utilizada en la comunicación mediada por ordenador como una no-lengua.
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Poco antes de su fallecimiento a causa de una enfermedad degenerativa, Tony Judt se planteaba lo siguiente: “Sigo mirando con desprecio el lenguaje confuso. Cuando ya no soy libre para ejercerlo yo mismo, aprecio lo vital que es la comunicación para el bien común: no solamente el medio mediante el cual vivimos juntos, sino parte de lo que significa vivir juntos. La riqueza de las palabras en las que me crie era un espacio público por derecho propio; y de espacios públicos adecuadamente conservados es de lo que carecemos hoy. Si las palabras se deterioran, ¿qué las sustituirá? Son todo lo que tenemos”.
En enero de 2013 otro profesor de Historia del Reino Unido, David Abulafia, aseguraba que el uso de las redes sociales y de la mensajería instantánea estaba aniquilando la lengua escrita. Desde su punto de vista, el descenso en el nivel intelectual relativo al adecuado uso de las palabras era fruto de la inmediatez y de la escasa reflexividad con la que se utilizaba el lenguaje en internet. Sin embargo, las afirmaciones de este investigador de la Universidad de Cambridge causaron una gran controversia. Incluso entre sus propios estudiantes, que se mostraron en desacuerdo con sus afirmaciones.
En las plataformas de mensajería instantánea está surgiendo una nueva forma de comunicación, pero esta no debe verse desde una óptica catastrofista.
Este tipo de opiniones son fruto de una visión catastrofista de la lengua, presentada como un bien común en peligro y que, por tanto, es preciso defender de enemigos reales o virtuales. No obstante, la situación no ostenta tanto dramatismo, ya que lo que se está produciendo en las redes sociales y en las plataformas de mensajería instantánea es la aparición de una nueva forma de comunicación.
Así, cabe distinguir entre la proliferación de faltas de ortografía (calificada también como antiortografía por algunos autores, como Gabriela Palazzo) y la de heterografías. José Martínez de Sousa atribuye las primeras a la ignorancia de las normas que rigen la grafía del español. En cambio, a su juicio, las segundas constituyen desviaciones intencionadas.
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José Martínez de Sousa es un lexicógrafo gallego de gran prestigio especializado en el estudio de la ortografía y de la ortotipografía. Ha publicado más de una veintena de diccionarios, libros de estilo de diversos medios de comunicación y manuales sobre la ortografía del español.
Varias son las causas que pueden motivar el surgimiento de una heterografía. Por ejemplo, la creatividad de un hablante que ha expandido un cierto uso, aunque este no haya adquirido naturaleza de convención. Como la sustitución del grafema c por qu en enunciados como: “Qual cantante te mola mas?”.
Otro tipo de heterografías responden a una convención ortográfica que podría calificarse como alternativa. Estas han sido tan reiteradas que han acabado convirtiéndose en un uso convencional. Su origen puede ser digital o no digital. Así, el empleo de abreviaturas para acortar la escritura de cierto término se remonta ya a la Grecia Clásica o a la Roma Imperial y, por ejemplo, en español hace décadas que viene utilizándose la equis para sustituir a la sílaba por o a la preposición homógrafa: “alomejoo ponen el classic otra vee.. xq a casi tol mundo no le gusta este...”; “Buenos dias a todos x la mañana...”.
En la escritura en las plataformas de mensajería instantánea parece desecharse todo lo que no resulte absolutamente necesario para la transmisión del mensaje.
Este tipo de recursos es fruto de la premura enunciativa y se manifiesta también en la pérdida de vocales y en el uso de abreviaturas. Algunas ya sumamente extendidas por la mensajería instantánea, como las representaciones del sustantivo plural besos o del sintagma fin de semana: “Enhorabuena querido - a ver si este finde me paso a ver la exposición - Bss a montones artista!!”. Determinadas siglas derivan incluso de anglicismos, como puede apreciarse en el siguiente mensaje, en el que se recurre a la abreviatura más común del término barbacue: “Gracias grdita jeje ave si nos vemos ya,vienes a mi bbq?”.
En sí mismo, el uso de abreviaturas no es algo censurable que suponga una violación de la netiqueta. Sin embargo, conviene tener en cuenta la finalidad del mensaje que se desea transmitir y el tipo de destinatario al que este se dirige. Por ejemplo, son totalmente desaconsejables en el registro formal característico de interacciones con otros internautas con quienes no exista una relación de familiaridad.
Además, la proliferación de abreviaturas puede llegar a suscitar nerviosismo entre aquellos que las desconozcan o que se sientan incapaces de descifrarlas. Ocasionando un sentimiento de exclusión.
Por otra parte, en ocasiones parece desecharse todo lo que no resulte absolutamente necesario para la transmisión del mensaje. Por esta razón tales usos han sido atribuidos al principio de economía lingüística. También a las pretensiones de comodidad y rapidez que condicionan la publicación de muchos de los textos difundidos a través de las plataformas de mensajería instantánea. Llegando a ahorrar incluso en los espacios entre palabras, pues muchas de ellas se presentan fusionadas: “#parejasquemegustan yo y mi cama!!(aunque a veces la engaño cn elsofa)”.
Las abreviaturas pueden llegar a suscitar nerviosismo o un sentimiento de exclusión entre aquellos que las desconozcan.
En general, los textos difundidos en las plataformas de mensajería instantánea suelen compararse con los transmitidos a través de los teléfonos móviles (conocidos como SMS). En ellos sobrepasar el límite en el número de caracteres implicaba pagar el coste de un nuevo mensaje. Podría decirse que el deseo de ahorrar tiempo motiva en este caso la economía lingüística. Por eso muchos usuarios optan por prescindir de aquellos caracteres que consideran superfluos para la comprensión del contenido de su mensaje.
Tal hipersimplificación de los enunciados contrasta con reiteraciones gráficas como la de la letra i, que es muy frecuente que se repita, independientemente de la posición que ocupe en una palabra: “Jacobiiiin muchas felicidades guapeton! ya 19 niño, nos vamos haciendo grandesitos ya jajaja un besi...”. Sin embargo, esta reiteración de letras, aunque se ha popularizado en los textos electrónicos, no parece tener un origen digital. Y es que resulta un recurso común, por ejemplo, en las onomatopeyas que podemos encontrar en cualquier tipología textual.
La hipersimplificación de los enunciados contrasta con las reiteraciones gráficas.
Sí podría calificarse de heterografía digital el uso de la uve doble en lugar de las letras g o b: “wapiyaaaaa jej aver cuando t veooo”; “jajjaja oooohhhhh siiiiiiii k wenooooooooo amoxarle dos bellotaa vera como sta ves sale.perfestoo”. Y la sustitución de la consonante y por la vocal i: “jajajajajajaja ijaputiiii jajajaj yoo lo doi todo x mii betiss ombree ese el amor k nunka falla aunk...”. Al igual que la representación del dígrafo ch con una equis: “Felicidades xurrita pasalo en grande”.
Hablar por medio de la escritura
Algunas heterografías responden a la necesidad de imitar en la escritura a la lengua hablada. En la conversación, la entonación desempeña una función de considerable importancia. De hecho, esta puede llegar a sustentar hasta el noventa por ciento del sentido de los enunciados. No obstante, debido a la escasez de recursos orientadores con los que cuenta la escritura (puntos suspensivos, comillas, signos de interrogación y exclamación y poco más), no es posible lograr gráficamente una representación de la entonación que sea equiparable a la de la conversación.
En las plataformas de mensajería instantánea esto puede suplirse mediante el empleo de lo que se conoce como una escritura ideofonemática. Tal tipo de escritura contribuye a enriquecer el contenido de un texto, añadiéndole información sobre el estado de ánimo de su emisor; o sobre la actitud desde la que sus palabras pueden interpretarse.
La escritura ideofonemática puede arrojar pistas sobre el estado de ánimo del autor de un mensaje.
Por ejemplo, en los mensajes instantáneos se ha popularizado el uso de un enunciado con faltas de ortografía en el que la modalidad interrogativa del saludo característico de la cortesía formularia (“hola, ¿qué hace?”) se sustituye por una serie de exclamaciones y el empleo de mayúsculas: “#Rajoy. OLA K ASE!!!”. Todo esto permite interpretar su finalidad irónica.
Además, en su afán por imitar a la lengua oral, los internautas reproducen el seseo: “Xurraaaa papa ma dxo k si este año kiero aser snow! Jaja le dxo k sii! Lo ases cnmgo?”. O también el yeísmo: “Oooooohh mii kanijaaaaa yo si q te echo d menoooos ave si vienes al barriooooo sta tarde te voi a yaamaaar!”. Y pueden llegar incluso a sustituir la letra l por la r: “gorfooo felicidade”. O a utilizar la hache para representar un sonido aspirado: “Derroche de harte”. De esta forma tratan de representar los rasgos dialectales del andaluz. Muchas veces con propósito humorístico.
También los emoticonos muestran el estado de ánimo del autor de un mensaje. Estos son muy populares en los textos difundidos a través de las distintas plataformas de mensajería instantánea. No obstante, conviene no abusar de ellos ni utilizarlos en contextos profesionales o con personas con las que no exista suficiente confianza, pues pueden dar lugar a malentendidos. Igualmente, el sarcasmo debería emplearse con cierta cautela, relegándolo al ámbito familiar y prescindiendo de él en la esfera profesional.
En definitiva, en las plataformas de mensajería instantánea el lenguaje es el vehículo fundamental que permite establecer una relación con otros usuarios. No obstante, lo mejor es escribir con prudencia, teniendo en cuenta las normas sociales, las diferencias culturales que pueden variar según el país de origen de los internautas, el registro, la situación comunicativa, o el tipo de vinculación existente con el destinatario de un mensaje. No en vano, como suele decirse: “El corazón del sabio hace prudente su boca, y añade gracia a sus labios”.
BIBLIOGRAFÍA
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José Ramón Morala Rodríguez: “Entre arrobas, eñes y emoticones”. Dirección web: https://cvc.cervantes.es/obref/congresos/valladolid/ponencias/nuevas_fronteras_del_espanol/4_lengua_y_escritura/morala_j.htm [21/02/2023].
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Pantallas Amigas: “Netiqueta Joven para Redes Sociales: ciudadanía digital y ciberconvivencia”. Dirección web: https://www.pantallasamigas.net/netiqueta-joven-para-redes-sociales-ciudadania-digital-y-ciberconvivencia/ [25/02/2023].