Introducción
En este documento se van a tratar de forma más detallada conceptos que se han incluido en los videos del nivel, como las distintas “erres” que amplían la visión clásica del “reducir, reutilizar, reciclar” como propuesta clásica del ambientalismo.
Veremos cómo la ampliación conceptual ligada a las nuevas “erres” a través de términos como Reevaluar, Reparar, Reestructurar, Redistribuir o Relocalizar está relacionada con las propuestas teóricas que se vinculan con el concepto de “decrecimiento”, como una alternativa de aproximación a las problemáticas ambientales actuales ligadas al modelo de producción y consumo.
Y precisamente como propuesta de modelo económico alternativo que busca aumentar los niveles de sostenibilidad social y ambiental, nos aproximaremos a la economía circular. Esta propuesta se trata de implementar una nueva economía, basada en el principio de cerrar el ciclo de vida de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía.
Además de presentar los fundamentos de la economía circular, presentaremos ejemplos concretos de productos y servicios relacionados con las tecnologías digitales que se acogen a una reconceptualización que parte de su propio diseño, para minimizar sus impactos ambientales y sociales.
Más allá de las 3Rs: las propuestas decrecentistas
En niveles anteriores hemos analizado cómo para conseguir disminuir los impactos ambientales y sociales de la tecnología digital es necesario replantear el modelo económico, orientándolo hacia una reducción del consumo y de la producción con el fin de aumentar el bienestar humano y las condiciones ambientales en el planeta.
A partir de esta idea, es importante profundizar en las vías para conseguirlo. Para empezar, podemos partir de las “3 Rs” clásicas del ambientalismo: reducir, reutilizar y reciclar. Como ya hemos visto, en los videos de esta serie “Opciones de consumo responsable de tecnología móvil” y “Sumando erres a la sostenibilidad: la economía circular”, necesitamos reducir nuestro consumo de productos y dispositivos tecnológicos atendiendo a necesidades reales y estando alerta a las estrategias de obsolescencia; reutilizar, en la medida de los posible, aparatos y componentes que todavía puedan tener una vida útil que evite esquilmar nuevos recursos naturales; y, por último, optimizar los procesos de reciclaje de elementos necesarios para el funcionamiento del sector tecnológico, indispensables para el mantenimiento de las cadenas de suministro y cada vez más costosos de extraer, tanto ambiental como socialmente.
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Explorar las propuestas de la economía circular para el consumo tecnológico basadas en el “rediseño” de procesos con criterios sostenibles. Daremos ejemplos de los diseños “de la cuna a la cuna”.
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Se muestran a un nivel más concreto diferentes alternativas de consumo responsable y sostenible de tecnología móvil, desde talleres de auto-reparación al Fairphone o “teléfono justo”.
Pero es muy posible que con esto no sea suficiente. Para conseguir cambios estructurales en nuestro modelo de producción y consumo, vamos a necesitar de otro tipo de propuestas que aporten alternativas a un nivel más profundo, ya que se ha demostrado que las 3 Rs han sido interiorizadas como parte del sistema económico actual, de forma que consiguen “parchear” de alguna manera las problemáticas socioambientales sin realmente contribuir a la transformación de sus causas.
Es aquí donde entran en juego otras propuestas alternativas como las que vamos a presentar en este documento. En primer lugar, nos vamos a centrar en un concepto que está ganando popularidad en el contexto internacional en los últimos años: el decrecimiento.
El decrecimiento es un movimiento filosófico y activista con origen en Francia, donde la propuesta de la décroissance se puede señalar como el origen de los demás movimientos decrecentistas. El fundador de la décroissance es el economista y filósofo francés Serge Latouche. En varias de sus obras, entre las que se pueden destacar “Pequeño tratado del decrecimiento sereno”(2009); La hora del decrecimiento” (2012); o el reciente “Introducción al decrecimiento” (2022), Latouche propone distintos caminos y posibles aproximaciones a un sistema económico que no tenga como objetivo fundamental el crecimiento continuado.
Atención
Entrando en detalle, su propuesta se basa en ampliar las conocidas tres “Rs” a las ocho “Rs” como pilares del decrecimiento: Revaluar, Reconceptualizar, Reestructurar, Relocalizar, Redistribuir, Reducir, Reutilizar y Reciclar (Latouche, 2009).
Además de las propuestas ya conocidas sobre la necesidad de Reducir, Reutilizar y Reciclar en el sector digital, una aplicación de las 5 Rs restantes se podría ejemplificar de la siguiente manera:
1 | Revaluar, en referencia a dar un nuevo valor al coste de la producción de los dispositivos digitales. Debemos saber que no pagamos el coste real de la producción si tenemos en cuenta la deslocalización de la producción o los costes ambientales de la misma.
2 | Reparar. Se debe hacer incidencia en que los productos deben estar diseñados para facilitar su reparación y evitar que se desechen antes de tiempo. Para ello, es indispensable contar con una normativa que lo facilite y lo respalde, con el objetivo de evitar las estrategias de obsolescencia tan comunes en el sector de la tecnología.
3 | Reestructurar los modelos de producción y comercialización de los dispositivos digitales, teniendo en cuenta a todos los actores que intervienen en el proceso productivo, así como su impacto en el entorno.
4 | Relocalizar los procesos productivos con la idea de poner en valor el producto local ya que tendrá un impacto menor en el medio y contribuirá en mayor medida a mejorar la economía de cercanía. Esta filosofía es difícil de aplicar en el sector digital ya que las cadenas de producción y suministro están muy localizadas, pero es un desafío que debemos abordar como sociedad.
5 | Redistribuir los costes y beneficios del modelo de producción y consumo de tecnología digital, con la idea de que, si todo el mundo consumiera del mismo modo que se hace en los países industrializados, ese modelo sería totalmente inviable.
Una aproximación a la economía circular
En línea con las propuestas decrecentistas, la economía circular emerge como una propuesta de transformación del modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes lo máximo posible, para de esta forma limitar el agotamiento de recursos y los impactos ambientales del proceso.
Si la propuesta del decrecimiento parte de círculos académicos y activistas, la economía circular ha sido acogida por diversas instituciones como una apuesta firme a nivel político. Por ejemplo, la Unión Europea y las instituciones comunitarias trabajan en la reforma del marco legislativo para promover un cambio del modelo de gestión de residuos actual, que tiene un carácter lineal, por una verdadera “economía circular”.
La economía circular busca, en esencia, que el ciclo de vida de los productos se extienda. Eso, en la práctica, implica reducir los residuos al mínimo, pero también los impactos ambientales y sociales del modelo productivo. Bajo este prisma, el sector tecnológico sería uno de los que se verían más beneficiados con la transformación del modelo productivo.
En la actualidad, cuando un producto llega al final de su vida, sus materiales se mantienen dentro de la economía siempre que sea posible gracias al reciclaje. Estos pueden ser productivamente utilizados una y otra vez, creando así un valor adicional que tiene que ver con el aprovechamiento del recurso en sí mismo, pero también con el hecho de que no se están explotando más reservas de recursos que son limitados.
De hecho, uno de los motivos principales para avanzar hacia una economía circular es el aumento de la demanda de materias primas y la escasez de recursos. Varias materias primas cruciales son finitas y, como la población mundial crece, la demanda también aumenta.
La consolidación del modelo de la economía circular contrastaría con el modelo económico lineal tradicional, basado principalmente en el concepto “usar y tirar”, que requiere de grandes cantidades de materiales y energía baratos y de fácil acceso. Para el sector de las tecnologías digitales, ya hemos visto en niveles anteriores los conflictos sociales y ambientales asociados a los procesos extractivos.
También vimos cómo los impactos ambientales no se reducen simplemente a la extracción y agotamiento de recursos. Otro beneficio de la economía circular es la reducción de las emisiones anuales totales de gases de efecto invernadero.
Nota
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, los procesos industriales y el uso de productos son responsables del 9,10% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE, mientras que la gestión de residuos representa el 3,32% (Parlamento Europeo, 2023).
Además, crear productos más sostenibles desde su propio diseño, adoptando los principios y las premisas del eco-diseño o de la perspectiva “de la cuna a la cuna”, también ayudaría a reducir el consumo de energía y recursos, ya que se calcula que más del 80% del impacto ambiental de un producto se determina durante la fase de diseño.
Por si todo esto no fuera suficiente, hay estudios que calculan que la transición hacia una economía más circular podría aumentar la competitividad, estimular la innovación, impulsar el crecimiento económico y crear empleo. Según datos del Parlamento Europeo (2023), se prevé que se puedan crear al menos 700.000 puestos de trabajo solo en la Unión Europea para 2030, gracias a los procesos de transformación del modelo productivo.
Por tanto, el rediseño de materiales y productos para una nueva economía circular también impulsaría la innovación en diferentes sectores de la economía.
Por último, cabe destacar que para que la apuesta por la economía circular sea realmente efectiva, se necesita de un respaldo institucional real a nivel normativo. Si bien es cierto que a nivel planetario ese proceso todavía dista mucho de ser una realidad, en el contexto europeo sí se puede afirmar que la apuesta por la economía circular es bastante firme.
Por ejemplo, la Comisión Europea presentó en marzo de 2020 el plan de acción para la Economía Circular que además de promover el diseño de productos más sostenibles y la reducción de residuo, potencia los procesos de participación y empoderamiento de los ciudadanos a través de iniciativas como el “derecho a reparar”. En esta normativa, como no podía ser de otra forma, se presta especial atención a los sectores intensivos en recursos, como la electrónica y las TIC.
Como continuación, en febrero de 2021 se votó en el Parlamento Europeo el plan de acción sobre economía circular y demandó medidas adicionales para promulgar leyes más efectivas sobre reciclaje y la formulación de objetivos vinculantes para la reducción de la huella ecológica por el uso y consumo de materiales, que afectarían de manera directa al sector digital.
Nota
En el año 2022, la Comisión dio a conocer el primer paquete de medidas para acelerar la transición hacia una economía circular, además de proponer nuevas normas sobre envases para toda la Unión Europea, que se basan en propuestas de eco-diseño. Además, desde la Comisión se propone también la transición a elementos de base biológica y biodegradables, como los bio-plásticos.
Saber más
Comisión Europea (2023) Plan de Acción de Economía Circular. e.digitall.org.es/economia-circular
Latouche, Serge (2009) Pequeño tratado del decrecimiento sereno. Icaria. e.digitall.org.es/icaria
Latouche, Serge (2022) Introducción al decrecimiento. Popular. e.digitall.org.es/decrecimiento
Parlamento Europeo (2023) Economía circular: definición, importancia y beneficios. e.digitall.org.es/beneficions-economiacircular
Parlamento Europeo (2022). Derecho a reparar: el PE quiere productos más duraderos y fáciles de reparar. e.digitall.org.es/derecho-reparar
Research & Degrowth (Investigación y Decrecimiento) (2023). degrowth.org